Juventud Luz y Fuerza Puerto Madryn 2.47

La Juventud Sindical Luz y Fuerza Seccional Puerto Madryn surge ante la necesidad de organizarnos dentro de la recientemente creada Juventud Sindical. La inserción en un movimiento que posee formas nuevas de participación como tal, implica compromisos mayores que no pueden estar librados al azar si queremos cumplir una función importante dentro de la juventud organizada. Los sucesivos encuentros que sobrevinieron en la Seccional, desde de la invitación a participar en la Juventud de la Corriente Sindical Peronista de la Patagonia, nos han servido para darnos cuenta que no podemos formar parte de ella sin antes constituirnos como un bloque unificado de las distintas ideas que hacen a cada uno de nosotros. Sería improductivo sumar voluntades dispersas que no representen, propiamente dicho, un ideario común de lo que sentimos como sindicato. Es así que nos hemos propuesto unificar criterios de lo que queremos ser, en principio como parte de la Seccional y de los compañeros que nos conducen y luego abrir el juego para formar parte de una Juventud Sindical mayor, que englobe a todas las seccionales que integran al Sindicato Luz y Fuerza de la Patagonia.
Para la formación de la Juventud nos hemos propuesto diversos temas que hacen a la integración y mayor democratización de la información como trabajadores de servicios públicos que somos. Hay que entender, comprender, lo concerniente a generación de energía, potabilización de agua, así como la distribución de los mismos y su respectivo mantenimiento, el tratamiento de efluentes, la formación del cuadro tarifario y sus costos, y otros menesteres que hacen al trabajo diario de cada compañero involucrado dentro de la organización.
En otra índole de capacitación, debemos tomar conciencia de lo que representa y representó siempre nuestro sindicato como parte fundamental dentro del movimiento obrero. Entender que nuestra posición es estratégica dentro del aparato productivo del país, el resto del movimiento organizado, perteneciente a otras ramas de la producción, depende, casi exclusivamente, de lo que nuestros trabajadores generen como tal. Nada se puede fabricar sin los insumos básicos que de una u otra forma atañen a los trabajadores que componen nuestra organización.
La participación política-sindical tiene que volverse la piedra fundacional, ya que es el Movimiento Obrero el único instrumento que puede garantizar el acceso de la mayoría de la población a una mayor y más justa distribución de la riqueza, la experiencia nos demuestra que cada vez que uno de nosotros calló o bajó los brazos, los hechos nos han abofeteado el rostro, es por eso que sentimos la urgente necesidad de encontrar en la participación, la premisa de que la unión de esas voluntades hace la fuerza.
Sabiendo que estamos en camino, acompañando cada una de las decisiones, sentimos la obligación de fortalecernos como partícipes, siendo una continuidad en el tiempo, capacitándonos, formando cuadros políticos-sindicales, que estén a la altura de las circunstancias, en todas las luchas que van a venir.
Convencidos que las clases dominantes no van a entregar nada por bondad, sino que hay que arrebatar una a una las conquistas; es que entendemos que no se puede lograr la Justicia Social desde la comodidad del sillón de la casa. El arrebato de las mismas genera tensión, que se traduce en odio, el enemigo de clase buscará por todos los medios destruir la estructura sindical, único bastión de los trabajadores. Cada espacio de esa estructura debe funcionar como una totalidad para que no se vengan a bajo los logros sociales conquistados. La formación de jóvenes es imperiosa para apuntalar o llenar vacíos que puedan socavar la estructura y perjudiquen al conjunto de los trabajadores, debemos ser la reserva, estar atentos a cuando se nos requiera, y esa atención solo se logra estando preparados a través de una formación política-sindical.
En lo más profundo de cada uno de nosotros se encuentra el motivo que mueve el sentimiento a participar. Nada se puede formar o transformar sino se canaliza ese sentimiento. Sin embargo, a pesar de que los matices hacen al diálogo y a la pluralidad, nos hemos puesto de acuerdo, por lo menos tácitamente, en las premisas que hacen al punto de partida a lo que hoy pasaremos a llamar como “Juventud Luz y Fuerza Madrynense”. No olvidamos que queremos ser actores pensantes, pero, como ya dijimos con anterioridad, la organicidad debe ser nuestra fortaleza, la lealtad a los que nos permiten este espacio y nos escuchan, la consulta permanente es parte de la formación como futuros cuadros. La Juventud debe ser un brazo más, una herramienta, pero también debe tener sus tiempos para organizarse como tal, para formarse en un corpus de ideas que sea unificador de lo que todos pensamos. De no partir de un piso establecido, seríamos un fragmento más de voluntades que no sirven a la estructura como tal. Sí, como fuerza de maza, pero no como renovación hacia el futuro. Para tal fin, debemos reunirnos, discutir, coincidir, cambiar ideas, estar a disposición en los momentos que se nos necesiten, pero, sin olvidarnos, que como juventud, la premisa debe ser la formación, la militancia en las ideas. Los actos, las movilizaciones, deben ser parte complementaria de esta participación, no podemos pasar a la acción sin antes entender que el espacio que hoy nos convoca es parte inseparable del Sindicato, la movilización, los actos, son instancias que pertenecen a los cuadros que ya están formados y nos conducen. Nuestra tarea será entonces, capacitarnos para componer un bloque homogéneo que sirva como acompañamiento y reserva, ayudando a crear conciencia en el resto de los trabajadores, para fortalecernos aún más como organización.