Desde 1927 es heredero del estilo y la tradición del bodegón
porteño. Por su cercanía a Tribunales y al circuito comercial
y financiero, los mediodías de Chiquilín convocan a juristas,
profesionales y ejecutivos que disfrutan de su almuerzo en un marco de tranquilidad. Por la noche, el ambiente de refinada bohemia, decorado con fotos y pinturas de la cultura rioplatense, ofrece un clima de distensión, al que concurren destacados personajes del espectáculo, la música y la prensa, así como el turista exigente ávido de conocer los lugares preferidos por los porteños.