Debido a que nuestro café se cultiva en las prominencias más altas de la montaña, se considera café de altura, es decir, superior a los cafés cultivados en altitudes más bajas. La altura hace que las plantas de café se mantengan a una temperatura, cantidad de luz y de oxígeno ideales para que los árboles crezcan mejor y los granos que se cultiven sean de mejor calidad.
Por lo tanto, el nombre radica en que nuestro café se cultiva y cosecha en la cima de la montañas, muy cerca del cielo, podríamos decir que en donde vive el Tatiaxca, el gran señor.