Pueblo fundado por los mexicas y lugar donde se celebró el primer Fuego nuevo del Valle de Anáhuac.
Cabe mencionar también que es uno de los primeros lugares evangelizados por franciscanos en el siglo XVI, y dada la cercanía con el acueducto, tuvo el privilegio de ser abastecido del vital líquido por medio de una escultura de San Francisco de Asís, que hasta a fecha se conserva.
A través del Códice Santa Isabel Tola se hace un recuento histórico de la época prehispánica a la colonial; se reproducen planos y padrones del siglo XVIII; se mencionan las dotaciones de tierras y sus sucesivas expropiaciones posteriores; se habla del ejido y la zona urbana, de los nombres de las calles y de los atractivos de la zona, como el Parque Gustavo A. Madero, el Acueducto de Guadalupe, la Avenida de los Insurgentes y los Indios Verdes