Las más importantes celebraciones en los entornos comunitarios o familiares se visten siempre del arte especial de los colores, texturas y aromas; en el caso de la comida, se mezclan estos sabores de fiesta con la amalgama de especias, verduras, carnes, frutas, y alguno que otro secreto ancestral de cocina.
Por eso servir mole o degustar un caldo de gallina de rancho es en Chiapas un platillo para compartir al igual que lo merecen el asado coleto, sopa de chipilín, chiles rellenos y también, -porque no-, unos deliciosos tamales.
Un sencillo taco de queso con frijoles y unos platanitos fritos o una salsa de chile Simojovel también evocan la tradición de la cocina tradicional. Una mistela de frutas antecede una legendaria sopa de pan o también agradece la degustación de un platón de carnes frías de la herencia española en la Jovel actual.
Al final quedan los postres distinguidos por sus frutas cristalizadas, chimbos y corazones de arroz que también piden la compañía de rompope o de una taza de aromático café orgánico o un chocolate que según se cuenta en las cocinas, un día fuera prohibido por ser una bebida que sonroja las mejillas.
Por eso, la comida festiva y los sabores de Chiapas son coloridos y realizados siempre con la alegría del compartir.
Ven con nosotros a festejar la vida, la fiesta y la felicidad.