La violencia que en sus diferentes formas se ejerce contra las mujeres supone un grave atentado contra su integridad física y moral y un ataque a su dignidad como personas. Cuando esto sucede nos encontramos frente a un problema social de grandes proporciones debido a su incidencia en nuestra población.
El respeto es un derecho básico para todo ser humano, no debe ser violentado por pertenecer a clases sociales, ideológicas, raza o género.
Cuando este respeto se pierde y la violencia transgrede la convivencia armónica, es considerado un acto fuera de la Ley; pero cuando esta situación se presenta en el interior de la familia, afectando directamente a la Mujer, es considerado un hecho detestable.
La difícil situación de violencia familiar que viven muchas mujeres en Durango, es el motivo principal para este movimiento; una cruzada por la que el Gobierno Estatal y la Sociedad Civil unen esfuerzos para crear el Programa Esmeralda, que apoya a las mujeres maltratadas y demuestra que a través de la fortaleza de la unión y una gran voluntad, juntos podemos contribuir a una vida libre de violencia.