Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, Huentitán, El Alto 4.49

Huentitán es un vocablo Náhuatl, que significa "Lugar de Las Ofrendas", fue en su época un lugar de paso conectando el norte de Jalisco y el sur de Zacatecas a través del memorial puente de Arcediano y la famosa y extensa barranca que con el tiempo fue conocida como de “Huentitán” y con el Río Santiago, en la cual los arrieros pasaban sus manadas de animales y pernoctaban de noche en el pueblo donde existían algunos mesones en los que se ofrecía comida y lugar de descanso.
Huentitán, un pueblo apartado de la ciudad, en un principio cuenta con varios caseríos. Los habitantes de la época se dedicaban a la agricultura y la ganadería, en su momento fue un centro lechero importante, la única vía de comunicación que conectaba hacia la ciudad de Guadalajara es la calle Belisario Domínguez.
Antes de la construcción del templo en Huentitán, el Alto, la misa se celebrara al campo libre venían sacerdotes de la Parroquia de San Pedro Tlaquepaque cada ocho días, posteriormente se hacen cargo los padres de San Andrés y el padre Ignacio Prado, es quien arraiga la devoción a la Patrona de México la Virgen de Guadalupe y es adoptada también Patrona por la gracia de Dios de Huentitán, el Alto.
El padre Antonio Chávez es nombrado Capellán de Huentitán se inicia la construcción del actual templo. En 1959 un joven sacerdote con tan solo 8 años de Ordenado llega a esta comunidad viene a tomar posesión de la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe en Huentitán, el Alto como segundo capellán, el Pbro. Fausto Pelayo Valera quien viene a suplir al sacerdote Antonio Chávez. Para el Padre Fausto Pelayo es terreno conocido pues tiempo atrás realizaba apostolado por estos rumbos.
Tiempo después, Huentitán pasó a formar parte de San Martín de Tours, después al Inmaculado Corazón de María y por último a Santa Margarita María Alacoque, de la que se desprende. Fue el 30 de agosto del año de 1972 cuando se Erige Parroquia contando con un enorme territorio Parroquial formado por Huentitán, el Alto, Huentitán, el Bajo, Lomas del Paraíso y un inmenso territorio que no tardara en poblarse, (Varios fraccionamientos en Proyecto; Margarita Maza de Juárez, La Joya, Santa Isabel y el enorme territorio ejidal de San Miguel de Huentitán).
Es Nombrando como Primer Párroco El Sr. Pbro. Fausto Pelayo Valera, al asumir su responsabilidad como párroco su prioridad es atender a todas las comunidades incluyendo las nuevas y proveerlas de terrenos para edificar templos.
En los 43 años que fungió como párroco, el padre Pelayo, realizó un enorme trabajo pastoral en la comunidad. Como fruto de sus esfuerzos se erigieron las parroquias del Dulce Corazón de María, El Señor de la Ascensión, San Gregorio magno, Santa Isabel y San Roberto Belarmino. Atendió con celo pastoral las comunidades ubicadas al fondo de la Barranca de Huentitán, hasta que el proyecto cancelado de la Presa de Arcediano, desposeyó de sus viviendas a aquellos habitantes. Gracias a su dirección se fundaron e instituyeron distintos grupos, movimientos, obras sociales en beneficio de la comunidad, y distintas obras materiales en favor de la parroquia como la amplia casa pastoral y la capilla de adoración perpetua al Santísimo Sacramento, entre otras. Resulta imposible, citar y enumerar en este trabajo todo el legado pastoral del padre oriundo de Ayutla, Jal., sin mencionar también el cariño y el respeto que la comunidad siente por él.
El 26 de agosto de 2015, inició su ministerio pastoral en la comunidad parroquial, el joven Sr. Cura Florentino Tello Rosales. Oriundo de Hostotipaquillo, Jal., ordenado sacerdote el 4 de junio de 2006, proveniente de la comunidad parroquial del Rosario, Nay., emprendió con alegría y entusiasmo su servicio en la comunidad. Desde entonces, se ha dedicado con empeño a la consolidación, crecimiento y formación de la comunidad parroquial. Materialmente se ha dedicado al mantenimiento y renovación del templo parroquial, adquisición y dignificación de objetos dedicados a la Sagrada Liturgia, cercanía y formación de grupos pastorales y reformar cuanto ha sido necesario pastoralmente, para caminar junto con la diócesis. Sin embargo, dicha tarea, no ha sido siempre fácil. Hay familias que han obstaculizado el nuevo proyecto pastoral, generando crítica negativa y división en la comunidad. Aún así, la mayor parte de la comunidad, ha respondido y apoyado el trabajo del segundo párroco de la comunidad.