Lectura para Todos 4.21

Nos encontramos convencidos de que en la actualidad, la lectura y escritura, son factores claves de integración social y autonomía en el consumo, el trabajo y el ejercicio de la ciudadanía.
Clave resulta también comprender que la niñez es un tiempo privilegiado para el aprendizaje de las competencias de lectura y escritura, siempre matizado por el entorno urbano o rural; el ambiente escolar y familiar; y por el tiempo que entre la escuela y la casa se puedan modificar los hábitos o acciones que realizamos a favor de la lectura y los libros.
De estas acepciones, surgió la necesidad de que el programa “Lectura para todos” tenga su fundamento en lo que la gente sabe, lo que hace, su contexto de vida y sus referencias culturales; no hacerlo de esta manera, implicaría de entrada un fracaso al carecer de los puentes entre la lectura, los libros y los potenciales lectores.
El Estado debe ser un mediador de lectura. Su labor radica en ser un eslabón entre los libros, la cultura escrita y los potenciales lectores que se enfrentan a múltiples barreras para llegar a ellos.
El Estado tiene también la obligación de formar mediadores de lectura a partir de iniciativas e inquietudes surgidas de la sociedad civil y propiciar la integración de comunidades de lectores desde el hogar, la escuela, las bibliotecas, las salas de lectura y los puntos de convivencia social: parques, jardines, centros comunitarios, transporte público, hospitales.
La construcción y convergencia de iniciativas estatales, federales, municipales y particulares nos permitirá generar una política integradora, democrática y eficiente para propiciar el desarrollo de los colimenses a partir de la lectura.