El presente y futuro de nuestro país se caracteriza por un cambio continuo en la estructura demográfica y epidemiológica de la población, donde el número de personas adultas mayores se incrementa constantemente y las enfermedades crónicas y las incapacidades, constituirán una carga y un reto que los sistemas de salud deberán que enfrentar a fin de dar una atención eficiente y de calidad para los ancianos.