Es, en la Iglesia Diocesana, un movimiento de renacer espiritual bajo el signo del Espíritu Santo en el ámbito de los negocios, y junto con las personas que laboran en torno de él. La fuente y fuerza siempre será la del Espíritu Santo y nace del Movimiento de la Renovación Carismática en el Espíritu Santo, como una necesidad de llenar ese vacío espiritual originado en el ser y quehacer de los negocios y un deseo de confiar siempre en la presencia omnipotente del Espíritu Santo, que tiende a obrar en el “Pueblo de Dios”