Para nosotros, vivir es ir tras la aventura, estar en contacto con tu lado salvaje y sentir que te falta el aire con el paisaje.
Devoramos con pasión cajún, porque nos encanta la comida rústica, de intenso sabor, hechos para aquellos que no temen ensuciarse y chuparse los dedos.
Por eso creamos Bocadero, un restaurante que mezcla dos cosas que amamos: la emoción de la aventura y el sabor rústico de la comida cajún.