"El Seminario Menor merece el amor de los que por allí pasaron y de los que recibieron su benéfico influjo en las comunidades diocesanas.
El Seminario Menor ha sido Academia Superior de generosidad, de fuerza moral y de caridad social, sin menoscabo de la práctica del deporte y de la fortaleza física".
"El Seminario Menor ha sido el índice de vitalidad espiritual de nuestras parroquias. Sus alumnos han sido formados para constituir auténticas "élites" humanas y cristianas".
"El Seminario Menor tiene, como siempre pero ahora quizá más que antes, NECESIDAD DE SER CONOCIDO Y DE SER ESTIMADO".
Palabras escritas por Antonio Vilaplana Molina el 7 de febrero del año 2000 con motivo del quincuagésimo aniversario del Seminario Menor San Isidoro de León