San Vicente Ferrer, un pueblo anclado en las estribaciones de una colina y cuya fundación data del siglo XVIII, época en la que después de los sucesos de las explotaciones mineras (A través del mazamorreo), se empieza a gestar el poblamiento espontáneo del sitio entonces reconocido como Minerales de Castrellón, El Salado o San Juan. La congregación de vecinos se dio por la presencia de colonos y posteriormente arrieros que abrieron los caminos de Antioquia; por estas tierras pasaban provenientes del nordeste y el oriente lejano, dirigiéndose a Medellín o la capital del país, siendo éste el lugar de confluencia de dos caminos. Al llegar a este paraje, la cima de esta hermosa colina, invitaba al descanso y sosiego de mulas y arrieros quienes allí toldaban propiciando, a través del tiempo, la construcción de fondas y posadas camineras.