Al tomar conciencia que la realidad que se vive no está en coherencia con las expectativas y resultados esperados, la vida se puede convertir para las personas en situaciones nada agradables, en un caos, en un mal sueño del que quisieran despertar. Pensamientos, emociones y sentimientos como “nunca pensé que me iba a suceder esto”, “no me lo esperaba”, “cómo no me di cuenta”, “se lo dije, decía mi mamá”, “yo sí soy muy bobo o boba” hacen parte de los diálogos internos que la mente va creando de manera repetitiva cuando se está viviendo una crisis.
Se puede notar al mismo tiempo cómo algunas áreas de la vida en “sintonía”, empiezan a derrumbarse generando: “deterioro de nuestra zona de confort”, “confrontaciones en las relaciones de nuestro entorno familiar, pareja, laboral, social”; “Toma de decisiones equivocadas”; “adquirir deudas y gastos innecesarios”, es como un llamado de la Vida: “Oye, ya es momento de …”