Somos La Iglesia que anhela la perfección en la unidad del Espíritu Santo de Dios, dando testimonio y comprometiéndonos cada día con el establecimiento del Reino de Dios en los corazones de aquellos que reconocen su necesidad de Él, dispuestos con un corazón ardiente a entregarlo todo por su causa, porque estamos convencidos que así el mundo conocerá a Jesucristo Nuestro Salvador.