Grupo de Oración Bucaramanga Camino de la esperanza 3.23

“Tú, Renovación Carismática, naciste del Espíritu Santo como
una corriente de gracia en la Iglesia y para la Iglesia”


CAMINO DE LA ESPERANZA
RESEÑA HISTORIA

Era el año 1975, mi hogar estaba formado por mi esposo Jairo y mis tres hijos y por dificultades en mi matrimonio se inició un pequeño grupo de oración familiar, lo que hoy 40 años después es la Fundación de Renovación Carismática Católica Camino de la Esperanza.

Este grupo de oración familiar formado por mis tres niños, Leito la nana, y yo, permaneció por aproximadamente 5 años; al cabo de este tiempo y por la gracia del Espíritu Santo, se fueron uniendo personas de afuera y cada vez crecía en número y gracia; los hechos y obras de Nuestro Dios no se hacían esperar: los enfermos sanaban y los hogares volvían a ser felices y a tener su gran anhelo de paz.

El párroco de El Divino Niño, parroquia a la cual pertenecíamos en ese entonces, Padre Carlos Gutiérrez Gómez (q.e.p.d.), siempre estuvo enterado del funcionamiento del grupo y cuando la gente ya no cabía en mi apartamento, nos permitió reunirnos en el templo y nos acompañaba y colaboraba en todo lo que estaba a su alcance. Más tarde, se construyó el salón parroquial y trasladamos allí el grupo de oración y mi Dios seguía sanando y liberando a cuantos se acercaban; creció tanto el número de asistentes que ya no cabíamos en el salón parroquial y debimos prestar el salón de catequesis del Colegio La Merced y más tarde, inclusive fue necesario reunirnos en casas vecinas como la de Eufemia de Arias y Trina de Duarte (q.e.p.d.) y en el parque de Conucos frente a la Parroquia del Divino Niño.

Para esta época, alrededor del año 85, tuvimos la oportunidad de que nuestro obispo Monseñor Héctor Rueda Hernández nos diera a conocer los derechos del laico comprometido contenidos en el derecho canónico y fue así, como nos designó el primer Director Espiritual para la comunidad, padre Néstor Jaimes Flórez.

Siempre le pedíamos al Señor Jesús que nos ayudara a tener una sede propia, llevábamos varios años en éxodo y necesitábamos contar con un lugar seguro y apropiado para continuar esta gran obra; fue así, como a través de bazares y otras actividades un día de 1990, el Señor nos regaló una casa vieja, pero hermosa donde hoy, fruto del esfuerzo y la unidad contamos con este patrimonio de todos; damos gracias al Espíritu Santo y a la Santísima Virgen.

En esta nueva dirección, por jurisdicción eclesiástica pertenecemos a la Parroquia de la Sagrada Familia. Fue inaugurada por Monseñor Darío Castrillón Hoyos junto con nuestro Director Espiritual de esa época, padre Carlos Plata Guillén. ¡Gloria sea para Ti Señor!

En el año 1991, la Arquidiócesis delega a nuestro párroco P. Néstor Jesús Aponte Zambrano para verificar las condiciones del lugar y fue así como Monseñor Víctor Manuel López Forero emite el Decreto No. 058 de 5 de noviembre de 1999 “Por el cual erige un oratorio en la casa de Oración Camino de la Esperanza” permitiéndonos contar con la Reserva Eucarística y celebrar la Sagrada Eucaristía todos los días.

Hoy al cumplir 40 años de esta preciosa obra, cargada de lucha y de fatiga, pero también de experiencias maravillosas, donde podemos admirar y sentir que Cristo está vivo y resucitado, y que nos invita a seguir en la constancia y perseverancia de esta obra evangelizadora, queremos agradecer el acompañamiento de los pastores de la Iglesia desde los inicios de esta comunidad hasta hoy, Señor Arzobispo Ismael Rueda Sierra; señor párroco, padre Adolfo León Durán; así mismo, a la Junta Directiva de la Comunidad, Grupo de Servidores, Grupo Timón y queridos laicos miembros de la comunidad.

Catalina Guerra de Ortiz
Directora

MISION

Somos una comunidad católica de laicos comprometidos con la evangelización, oración y cambio en las personas, para lograr el bienestar espiritual tanto a nivel individual como colectivo; dirigida a cualquier persona que se acerque a la comunidad y que brinda apoyo de forma personalizada.

VISION

Será una casa de oración semillero de servidores para apoyar la propia comunidad y a los demás grupos apostólicos de las parroquias de la ciudad.