En el Gimnasio Campestre Los Alpes comprendemos al ser humano, en su complejidad, como un ser que se define por su relación indisoluble con diferentes contextos (sociales, políticos, económicos, culturales, espirituales, lúdicos). El hombre, para el GCA, es su diferencia, su rostro propio, su historia concreta y, simultáneamente, su capacidad de encuentro permanente con los otros para la construcción de nuevas realidades. Es, a la vez, la fragilidad y tragedia de sus situaciones y la fortaleza de sus recursos y habilidades para enfrentarlas.
Nuestra escuela concibe al hombre como una tarea siempre perfectible. Sin importar las condiciones personales o comunitarias actuales, la escuela se alimenta de una esperanza cierta en las oportunidades propias de lo humano. El hombre es capaz de todo lo que sus maestros más dedicados, y su autonomía consecuente, sean capaces de generar en una red de apoyo fuerte y coherente.
El permanente replanteamiento y transformación del conocimiento exige a la escuela convertir la investigación disciplinada en el criterio fundamental de la elaboración y ejecución curricular. La realidad es una construcción incesante en la que deben participar nuevos seres humanos aptos para aplicar, completar, criticar y redefinir todos los conocimientos en conexión con situaciones vitales concretas. Aprender es, por tanto, adquirir todas las herramientas que son necesarias para enfrentar el mundo de la vida, sus retos, conflictos y oportunidades. De esta forma, el aula de clase debe ser un contexto específico de aprendizaje, en el que pueda simularse, con la mayor creatividad posible, el devenir incesante de lo real.