Ximaní, Gimani, Getsemaní, estos nombres se conjugan en una sola palabra “EL ARRABAL”, así se le conoció a este rincón colonial, cuando Cartagena se erigió como las llaves de las indias y antemural del reino.
Recinto fortificado por el ingeniero gobernador español Francisco de Murga en el año de 1630.
Una iglesia bautizada con el nombre de San Antonio de Padua y más tarde la santísima trinidad le da el nombre actual a la plaza. Era el sitio de predicación, pues el templo tiene la estructura propia de las iglesias del siglo XVI y XVII en los llamados espacios parroquianos.
Plaza donde se conglomeró el pueblo cartagenero, y en gestas libertarias derrotó al régimen español el 11 de noviembre de 1811.
En los pretiles y andenes, cantaron odas poetas y pregoneros como el gran “Lucho Bermúdez”, y se forjaron grandes deportistas entre ellos Rodrigo Roky Valdez, campeón mundial de boxeo.
Hoy por hoy este pintoresco lugar es el punto de encuentro de nativos y visitantes, donde un innovador bar restaurante llamado DEMENTE, se convierte en un sitio mágico y surreal, lugar donde la verdad parece fantasía y tu fantasía en realidad, eso es; “DEMENTE”.