Radio Futura 90.5 4.87

A fines de la década de 1980 se desarrollaron en todo el país experiencias de comunicación popular que dieron origen a las radios comunitarias, que son aquellas que no surgieron con fines comerciales sino por la necesidad de los sectores populares de tener otros canales de expresión y participación. Este gran movimiento sufrió primero restricciones legales (ley de radiodifusión de la dictadura que continuó vigente en la democracia), y después restricciones económicas que hicieron difícil sostener estos medios.
Hubo además, ya en los ‘90, un avance de los sectores poderosos que, al tiempo que concentraban las decisiones económicas, también se adueñaban de canales de TV, radios, diarios, etc.
En este marco, Radio Futura se desarrolló como uno de los pocos espacios en los que podían decirse otras cosas, y a pesar de una realidad adversa, resistió. Eso es algo a destacar: sigue existiendo.

El 10 de octubre de 1987 se escuchó por primera vez una voz en el 90.5 del dial de la frecuencia modulada platense. El nacimiento de la palabra marcó la definitiva fundación de Radio Futura luego de un año de haber estado trasmitiendo música de manera clandestina con la ayuda de un equipo de radiotaxis, para luego pasar a un trasmisor de aviones facilitado por un incipiente y vecino oyente. Veintidos años después, el mensaje sigue siendo el proyectado por los jóvenes creadores durante los primeros tiempos de la vuelta de la democracia.
Según relata Eduardo Candreva, uno de los fundadores, Futura “surge con la necesidad de hacer otro tipo de radio, por el hecho de que no estaban presentes algunas voces que nos interesaban que tuvieran un lugar en los medios de comunicación y que no eran escuchadas”.
En aquellos inicios, Futura fue -como lo decía su slogan- “la primera de la izquierda” y marcó un quiebre también en la cultura la ciudad de La Plata. Así, poco a poco aquello que se denominaba comunicación alternativa fue dando lugar a lo que puede denominarse comunicación alterativa, porque la radio comenzó a entenderse como algo más que un punto en el dial, se planteó como una herramienta para la transformación de la sociedad, una trinchera más.
Teniendo claro desde dónde se partía y a dónde se quería llegar, la experiencia y los errores fueron haciendo de la emisora una realidad cotidiana. “Si bien no se discutió mucho, había ejes puntuales donde pararnos que no debíamos abandonar: la memoria, la defensa de la identidad indoamericana y la difusión de la música popular lationoamericana”, señala Candreva.
En estos días, la Radio vuelve a la calle para encontrarse con los vecinos, con los oyentes, con los que se han ido, con los que se quedaron, con las personas que han pasado por su estudio decorado con fotos de luchadores populares de causas nobles y con carteles que reclaman la aparición con vida de Jorge Julio López.
Pero no es que este medio de comunicación se anime a salir a caminar el barrio de Villa Elvira recién ahora porque ya ha cumplido su mayoría de edad, sino que ésta ha sido una premisa de siempre y, por ejemplo, ya hace dos años se formó la “Biblioteca Popular Osvaldo Bayer”, en base a la solidaridad de los vecinos que donaron los libros y todo lo demás.
Ha pasado el tiempo, han pasado Alfonsín y las felices pascuas, Menem y todo lo que sigue siendo Menemista, se ha ido De la Rua, siguen pasando los Duhalde y los Kirchner; pero la Radio Futura está, sigue estando. Por momentos se puede decir que resiste. “La radio debe ser coherente. No se puede partir de una mentira: el periodismo, todo en comunicación es subjetivo y arbitrario”, señala el director de la emisora, parado junto al mural del Che Guevara que se expresa en la fachada del edificio.
Y si 22 años después de la primera palabra y los primeros pasos la 90.5 sigue en pie es porque, los siempre jóvenes iniciadores -Gustavo Peseta, Eduardo Candreva y otros tantos-, han sabido defender eso de que “un medio de comunicación no es un quiosco, no es un negocio. Nosotros no somos un número. Acá estamos en un proyecto abarcativo y somos un pedacito de ese todo interminable que es la comunicación en sí”.