Posada Mboycua 3.03

“Lugar de pocos” es uno de los significados de Mboy Cuá en lengua guaraní al cual le hace honor la posada. Recóndita y familiar, de solo 6 habitaciones, fue construida siguiendo líneas simples inspiradas en parte por la arquitectura de los jesuitas, y en parte la herencia guaraní con sus características tramas de tejido. Galerías que contornan las casas y ventilación cruzada para mantener los ambientes frescos. Detalles en cerámica y madera de la zona armonizan los ambientes. Una posada con personalidad y mucha calidez. En el jardín predominan las plantas autóctonas; limita con un monte nativo que se puede recorrer siguiendo un sendero. El paisaje se abre a un pastizal por el cual se accede a la laguna Mboy Cuá. Disimulado entre árboles y sombra un espacio para refrescarse y relajarse.

Un servicio espontáneo y cordial, típico de la hospitalidad correntina. En la mesa se sirven platos que incorporan recetas e ingredientes propios de la cocina local, un deleite para quienes gustan experimentar nuevos sabores y texturas. Se priorizan frutas y verduras de las huertas de la zona.

Mboy Cuá se encuentra en el paraje homónimo, a 7 km de San Miguel y en la puerta de entrada a los esteros del Iberá. Se accede tomando el acceso al portal San Nicolás, también conocido como el “camino de Tobuna” que fue el primer ejemplar hembra de yaguareté que llego a los esteros por este mismo camino, luego de haberse extinto la especie hace décadas en la zona. Desde el camino se hacen excelentes avistajes de especies distintivas de Iberá como el yacaré, el yetapá de collar, el ciervo de los pantanos, los simpáticos carpinchos, entre otros. Ya en el área del Parque Nacional Iberá, a pie o en bicicleta se pueden recorrer los senderos. Navegando el Río Carambola, a remo o en bote y botador, se disfruta del estero y de su brillo desde otro ángulo. La transparencia del agua permite ver la diversidad de algas y plantas acuáticas, rayas y/o sorprenderse con el paso de un cardumen de sábalos.

Un lugar ideal para hacer base y explorar la zona del estero y alrededores. Una invitación a entrar al ritmo de vida del paraje; deambular por su calle de arena a pie o a caballo; conocer la antigua capilla del siglo XVIII, vestigio de la historia de cuando el paraje se fundó por los jesuitas que llegaron desde Loreto en procesión trayendo la imagen de San Miguél Arcángel; recorrer el Parque Nacional Mburucuyá y el poblado de Concepción del Yaguareté Corá. También hay tiempo para disfrutar de la quietud del lugar, instalarse en la hamaca paraguaya a leer un libro o disfrutar de una buena siesta. El atardecer queda reservado para disfrutar de la linda luz recorriendo el monte y las orillas de la laguna Mboy Cuá a la cual se accede caminando desde la posada. Mientras, en el quincho, se cocina al fuego lento el asado.

LA POSADA
En un terreno de 12 hectáreas, se encuentran los dos módulos unidos por una pérgola.
- La casa principal. Es donde se encuentran los espacios comunes, el comedor y el living, que prevé una pantalla para poder proyectar películas. No faltan las galerías amplias para aprovechar de estar afuera y no perderse ningún sonido ni aroma que viene del monte.
- Las habitaciones. Desde la casa principal, pasando por la pérgola se llega a las habitaciones. Una amplia galería las resguarda al fresco, un lugar agradable para matear por las tardes. Las habitaciones cuentan con baño y un patio con su hamaca paraguaya. Total 6 habitaciones: 3 matrimoniales, 2 twin, y una twin o matrimonial. Dos habitaciones se conectan por el patio. Las habitaciones triples se arman con un catre y colchón.