Estamos absolutamente convencidos del respeto que merece toda persona humana en virtud de su dignidad (independientemente de su condición socioeconómica edad, conducta, etc). En Nutrir, conocemos los nombres y apodos de las mamás y los niños; se los trata personalmente y con cariño; ellos no son para nosotros “un caso” o un expediente. Procuramos que se sientan valorados, queridos, esperados, escuchados, ayudados, porque de esa manera se hacen conscientes de su dignidad como personas únicas e irrepetibles. Creemos que toda persona necesita recibir y dar amor para alcanzar la verdadera felicidad y procuramos que en Nutrir puedan experimentar esta realidad.
Desde la Fundación Nutrir trabajamos para que los derechos humanos (derechos innatos, absolutos, inalienables, inviolables, imprescriptibles) tengan plena vigencia y sean respetados y ejercidos en su totalidad. Y, porque el primer derecho humano es el derecho a la vida (desde la concepción y hasta la muerte natural) y porque somos una fundación totalmente comprometida con la defensa de la vida humana, iniciamos nuestro trabajo, lo continuamos hoy y lo seguiremos año a año, ya que la necesidad de hacerlo es cada vez mayor.