A principios de los 80 Casablanca abre sus puertas de la mano de la democracia, desde entonces tratando de ser fuerte y paciente resiste los embates de nuestra realidad.
Hoy un grupo de empresarios gastronómicos la devuelve al barrio. Detalles y más detalles fueron tenidos en cuenta para convertir a Casablanca en un lugar único.
En diferentes espacios podrá disfrutar un exquisito servicio de cafetería y pastelería artesanal. Mediodías y noches para una clásica cocina porteña coordinada por nuestro chef y las tardes con variedad de picadas y cerveza tirada.