Entre animales y plantas, los niños descubren cómo una semilla se convierte en árbol u hortaliza, cómo se ordeña una vaca y cómo funciona un molino de viento, entre otras cosas relacionadas con las actividades de campo.
Jugando, los niños aprenden a disfrutar de la naturaleza teniendo en cuenta su conservación y el uso adecuado de los recursos, desarrollando en ellos sensibilidad para amar, respetar y proteger el mundo natural, generando acciones diarias de tolerancia, respeto y solidaridad.