Monasterio Del Verbo Encarnado, IVE 3.27

Con la fundación del Monasterio del Verbo Encarnado, la noche de Navidad del 24 de diciembre de 1988 se dio inicio a la Rama Contemplativa Masculina del Instituto del Verbo Encarnado.
Todo inició en un marco muy similar al nacimiento del Salvador, en la gruta de Belén: pobreza y sencillez, en cumplimiento de la Voluntad de Dios para colaborar de un modo misterioso pero no menos eficaz en la prolongación del misterio que se celebraba esa noche: la Encarnación del Verbo y su nacimiento. Se dio inicio con la celebración de la Santa Misa, presidida por el p. Carlos Miguel Buela, fundador del Instituto.
A los dos días de la fundación, visitó el naciente monasterio S.E.R Mons. León Kruk, quien presidió la Santa Misa, y propuso que la capilla semi-pública del Monasterio llevara el nombre de María Madre de la Iglesia, para que los monjes con su oración y penitencia en unión a María, engendraran numerosos hijos para la Santa Iglesia.
La casa donde se inició la fundación, en Los Coroneles, Cuadro Benegas, fue donada por el Sr. Juan Demianczuk, la misma había sido refaccionada un poco, pero aun las celdas de los 12 monjes que habían empezado a vivir no contaban con ventanas, y el piso era de tierra.
En dicha casa, rodeada de un nuevo y frondoso bosque de álamos, previo a la fundación del Monasterio, un pequeño grupo de personas se juntaban a rezarle a una imagen de Santa Rita. Frente al Monasterio le habían construido una gruta de piedra.
En ese entonces esta zona de San Rafael pertenecía a la jurisdicción eclesiástica de la parroquia de la Villa 25 de Mayo, siendo párroco el P. Juan Fajardo y luego el P. Luis Munrri. Ellos celebraban la Santa Misa los sábados por la tarde en la escuela “José Amoroso” e impartían los sacramentos a los fieles preparados por los seminaristas del Instituto del Verbo Encarnado. Entre ellos venían el seminarista Benito Lagos (fallecido ya sacerdote en el año 2006), quien dio un gran impulso organizando la devoción a S. Rita y trayendo la imagen de la Santa de los Imposibles que se venera actualmente en la gruta que se encuentra al ingreso del Monasterio, y que fue construida por los monjes y vecinos de la zona, con las mismas piedras utilizadas para la primera gruta.
La devoción fue creciendo, y con ellas las exigencias pastorales, por lo cual se dio acceso a las personas a la capilla del Monasterio. Con el paso del tiempo y en orden a salvaguardar por un lado la vocación contemplativa y por otro atender a las necesidades de los peregrinos de Santa Rita, se construyó el actual templo, con la ayuda de los vecinos y un grupo de fieles devotos de la Santa.
Junto al Monasterio se ha formado un importante centro de espiritualidad y apostolado. Son numerosísimas las gracias que Dios derrama por la intercesión de la Abogada de los imposibles: se puede comprobar observando la gran cantidad de placas y exvotos colocados junto a la gruta, agradeciendo las gracias recibidas. Cada año crece el número de peregrinos, quienes peregrinan incluso desde el Kilómetro 0 de San Rafael, y de distritos lejanos como Salto de las Rosas, Las Paredes, Cuadro Nacional, etc. Esta realidad se daba principalmente los día 22 de mayo que es la Fiesta de la Santa, pero se empezó a repetir los 22 de cada mes, con la procesión y Santa Misa, y ahora esto se da casi todos los días. Son muy edificantes los testimonios de conversión, y la narración emocionada y agradecida de tanta gente sencilla que ha recibido gracias especiales para sus familias o amigos.
En la última fiesta de Santa Rita, participaron más de 2000 personas. En 2010 no nos pudo acompañar Mons. Eduardo Taussig, quien sí lo había hecho en otra oportunidad y había quedado muy impresionado y mantenía un recuerdo muy hermoso de la Fiesta y la liturgia, así como también el fogón, el locro y los pasteles que se comparten después de la Procesión y de la Santa Misa, según me expresó cuando le llevé la invitación para la Fiesta. Nos acompañó el P. Francisco Alarcón, Vicario General, quien presidió la procesión y la Santa Misa, y predicó exhortando a los fieles a tener siempre confianza en Dios, a ser fieles cristianos como lo fue Santa Rita y ser de ese modo buenos ciudadanos construyendo una Patria mejor. Hay que recordar que este año la Fiesta de Santa Rita coincidía litúrgicamente con la solemnidad de la Santísima Trinidad, y a su vez, desde el ámbito civil con el Bicentenario de la Revolución de Mayo.
Los apostolados que se dan en el Monasterio son los siguientes:
1. Teniendo en cuenta que somos los únicos sacerdotes que estamos de modo permanente en esta zona, con la autorización del párroco de San Antonio, jurisdicción al cual pertenecemos desde el año 1995, y a pedido de ellos, un monje atiende espiritualmente a los enfermos de la zona, llevándole los auxilios cristianos, con la administración de la confesión, la eucaristía, y la unción de los enfermos.
2. Un grupo de laicos atiende un ropero comunitario, donde se reparte ropa, calzado y alimentos a las personas carenciadas. También ellos junto a la hermandad de Santa Rita, organizan eventos para los niños y las madres, la procesión y Santa Misa de los días 22 de cada mes, y la fiesta mayor del 22 de mayo. Esta última exige mucho esfuerzo por el número de personas que participan y por las actividades que se realizan. En dicha fiesta los monjes se encargan de organizar toda la parte litúrgica y los laicos la parte de la fiesta, locro, pasteles, tortas fritas, etc.
3. Los días sábados se imparte catequesis de comunión y confirmación, apostolado que llevan adelante religiosos del Instituto del Verbo Encarnado y hermanas Servidoras del Señor y la Virgen de Matará, junto a cinco catequistas laicas quienes todos los sábados vienen desde la ciudad de San Rafael con el fin de dictar las clases de catecismo a los 110 niños que asisten cada sábado. Como la zona es muy extensa y la mayoría de los niños no cuentan con medios de movilidad se los busca con un vehículo del Monasterio, y con vehículos de las catequistas a primera hora de la tarde. Después de las clases de catequesis, se les da la merienda con lo que se consigue donado durante la semana. Luego de la merienda tienen la posibilidad de confesarse con los monjes participan de la Santa Misa celebrada para ellos.