Malvinas me protege 2.78

EL TRANSITO: Reflejo de una sociedad violenta.

Los invito desde esta columna a hacer un ejercicio de observación.
Tomemos cinco minutos del tiempo que siempre nos falta y observemos atentamente el comportamiento de los automovilistas en una vía de alto tránsito en hora "pico".
Creo no equivocarme al decir que la resultante será, simplemente,el reflejo de nuestro "ser social" : en la calle, donde cada auto es una suerte de extensión de este "ser" , se establece una relación de rivalidad, competencia y poder donde todo vale para superar al otro.
La agresividad contenida que albergamos,motivada por un sinnúmero de presiones externas,parece explotar tras un volante.
La violencia enraizada en la sociedad se vuelca al tránsito, donde un peatón es un obstáculo inoportuno y un semáforo en amarillo una carrera a ganar. Ejercemos el maltrato hacia los demás en todas sus formas, de manera tanto física como verbal, por medio de bocinazos ,gestos y señales de luces que usamos como insultos. Avanzamos cobre la senda peatonal y no respetamos las normas de tránsito ni cedemos el paso, como si hacerlo fuera una muestra de debilidad.
Todo lo expresado conlleva a una situación de estrés que no facilita la generación de un contexto más amigable para convivir civilizadamente en un espacio público como es la calle,donde la agresividad al volante y el desprecio por las normas de tránsito,se han convertido en la principal causa de los accidentes de tránsito.
Pero qué provoca este manejo agresivo? No sera simplemente el reflejo de una sociedad violenta? Una sociedad que hace años ha perdido su "cultura cotidiana", aquella de la que hacían culto nuestros mayores?
Hablo de una cultura del "buenos días", del "hasta luego", del ceder el asiento a las embarazadas, del respeto a los abuelos. Dónde quedaron el "permiso" el "por favor", el "disculpe" y el "lo siento", el "perdón" y el "muchas gracias"?
No será que la vorágine en la que vivimos nos hizo olvidar la "identidad Argentina" de la que tan orgullosos estábamos? Producto de una sociedad abierta, civilizada, cultural y educacionalmente avanzada, tierra prometida para miles de inmigrantes... Integradora y pujante. Moderna y progresista.
Una Argentina cuya célula madre, la familia, era la generadora de amor y respeto entre sus habitantes y la base de valores morales y culturales que si los rescatásemos, por si solos, serian la mejor "Clase de Educación Vial" que podríamos dictar.

Piénselo.