En el año 1930 dos jóvenes inmigrantes de nacionalidad polaca desembarcaron en el puerto rosarino, tuvieron cuatro hijos, el mayor, Antonio José Wilk ayudaba a su padre a herrar caballos.
Con convicción de querer encontrar una forma de ganarse la vida, comenzó cortando leña y distribuyéndola por panaderías y tintorerías. Con un esmero incansable logró abrir las puertas de lo que es hoy nuestra empresa Maderas AJ Wilk.
Actualmente estamos instalados en Rosario y nos posicionamos como una maderera reconocida, con la experiencia y solvencia de más de 40 años.