El servicio de internación domiciliaria brinda la posibilidad al enfermo de acceder a una prestación similar en calidad técnica a la sanatorial, pero superior en calidad humana.
Se recomienda en casos de internaciones hospitalarias prolongadas, en pacientes con padecimientos sub-agudos, crónicos, postquirúrgicos, enfermedades invalidantes, oncológicas, etc., sobre todo por posibilidades de implementar un alta temprana y la continuación del tratamiento en el hogar, reconociendo que sólo la relación permanente con su núcleo familiar y el respeto a sus costumbres determinan las mejores condiciones para su recuperación.
Los pacientes en condiciones de ingresar al sistema serán aquellos cuya patología lo justifique, debiendo estar sujetos a la evaluación realizada por su médico tratante, el médico auditor y el médico coordinador del servicio, así como a la evaluación socio-ambiental del domicilio del paciente.