La Purísima Maestranza de Caballería 3.37

Desde finales del Renacimiento hasta principios del S. XIX, la formación de jinetes y caballos en Imperio Español fue una cuestión estratégica de estado y estaba reservada para los jóvenes nobles que fueran a las armas. A tal fin, no existiendo academias o colegios militares como los concebidos modernamente, se crearon instituciones donde se consiguiera ese objetivo: Las Mestranzas de Caballería. Además del entrenamiento en la mejor equitación de la época y en el uso de las armas de a caballo, las Maestranzas españolas se distinguían de sus similares europeas porque en el entrenamiento se incluía una práctica lo más parecida al combate real: la lidia de toros a caballo lo que terminaba dotando a los caballeros españoles de unas habilidades y un sello ecuestre que nos llega hasta nuestros días en las plazas de toros de Europa y América, en la Escuela de Equitación Española de Viena y en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez.

Este concepto concibe la Equitación como un arte superior, especialmente distinguido que le dio a nuestra tradición y cultura, su perfil único. A ese modelo le deben su definición y perfeccionamiento incluso la escuelas europeas clásicas. En él se reconocen y reflejan todas las tradiciones ecuestres americanas. Allí fue donde San Martín se formó y forjó como oficial y jinete.

Con este espíritu, principalmente sobre la base de la Doma Clásica Española, buscamos recrear día a día la equitación en La Purísima, adaptado al mismo las exigencias modernas y deportivas de cada disciplina, sin descuidar los objetivos concretos del presente, pero también sin olvidar los principios fundacionales del pasado.

Así, para todo fin o servicio, deportivo o recreativo, los caballos de cualquier raza se educan para el propósito y aprovechamiento que se pretende de ellos. Ya sea la alta competencia o el mero paseo, nuestro objetivo es hacer caballos fáciles, dóciles, confiables y agradables de montar.
Buscamos en La Purísima brindar la posibilidad de asomarse a una forma distinta de concebir la equitación, el caballo y todo lo que esta actividad conlleva, de modo que el montar a caballo sea un goce y disfrute antes que frecuentes frustraciones.