Ink Tattoo 4.69

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Argentina

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Me preguntaron… “¿Que siente un tatuador?
Y dije: “Vamos por partes…”
La gente viene por diversos motivos a tatuarse, esos motivos pueden ser súper validos para algunos y para otros no tanto. Dependiendo siempre el grado de interés, que cada uno tiene sobre ellos. Hay gente que viene, porque pasan una etapa muy particular e importante en sus vidas, otros por el fallecimiento de algún familiar o afecto, otras por amor hacia alguna persona (no hace falta que haya fallecido), mas allá del parentesco, puede ser una madre, un padre, hermano, inclusive toda la Flia., algún amigo, sobrino, hijos, etc. Algunos para superar una etapa, ya sea de cambios por una ruptura de pareja, trabajo, profesión, carrera, etc., etc., etc. Y quizás todos estos, que sienten que tienen suficientes y argumentadísimos, motivos para tatuarse, piensan que los que vienen casi sin saber porque se van a tatuar, solo parece que quieren tatuarse y ya, no tuvieran hasta derecho, si quiera de hacerlo y que solo es una cuestión banal, insustancial, superficial, trivial, intrascendente... pero no! Estos que no saben bien porque, ni que tatuarse, ni en que lugar del cuerpo, también están buscando un cambio, una forma de ser otros, de mutar, de identificarse con otras cosas, que aún no lograron hacerlo, también es una forma de expresar lo que sienten aunque aún, para ellos, sea medio difícil traducir, interpretar, dilucidar... ellos también tiene un motivo, y en muchos caso mas que suficientes!
Y por mi lado, como tatuador veo eso, que la gente esta buscando identificarse, cambiar, expresar cosas que no pueden a veces, decirlo con palabras, que no pueden actuar para llegar a concretar, cosas que necesitan grabarlas, aunque sea en la piel para recordarlas, como uno a veces dice “me tengo que grabar en la cabeza esto, así no me pasa mas”… la gente esta buscando una respuesta, una salida, una marca que los represente, que les enseñe, eso es lo que a mi, me pasa!
No por nada me dedico a esto, no por nada me dedico a tatuar, a marcar a la gente de por vida, no por nada trato de descifrar y dilucidar lo que la gente busca, siente, quiere decir, quiere mostrar, quiere recordar, no quiere que pase desapercibido, que quede sellado, escrito, marcado, porque a veces los pensamientos y las palabras vuela.
Para mi, es un gran trabajo, lo disfruto mucho, porque no solo es hacer un dibujo en la piel, no solo es una expresión artística diferente, es buscar en las mentes de la gente que me viene a consultar, es interpretar las ideas, los sentimientos y las palabras que a ellos no les salen, para plasmar en una imagen, todo lo que llevan dentro sin poder sacarlo afuera de otra forma, “una imagen habla mas que mil palabras” y eso es lo que yo hago al tatuar, buscar, descubrir, interpretar, traducir, en imágenes, lo que la gente quiere decir! Por eso trabajo sin catálogos, para que la gente me diga lo que quiere y yo interpretar, diseñar, la imagen que de a luz las cosas que la gente siente.
Más de una vez me preguntaron… “¿cual fue la cosa mas rara, extraña, estúpita que me pidieron hacer?”… responder eso, es como pensar que un niño, o un adolescente sufre por cosas estúpidas. Es muy personal, cada uno tiene sus prioridades, sus etapas, sus necesidades, sus sentiminetos, sus razones, así que es muy difícil contestar. Mas allá del sentido común, y “del buen gusto”, que son relativos, hay cosas muy locas, hay cosas que sorprenden, pero cada uno tiene una raíz, un motivo por el cual las hace, para uno, puede ser validera o no, pero para esa persona, es algo importante, por lo menos en ese momento, en esa etapa de su vida… modestamente pienso que la vida es eso, una sucesión de momentos! Eso también es el tatuaje para mi, un registro, un indicio, un recordatorio, de las etapas de la vida, un evidencia de las cosas que pasaron, es un testimonio de lo sucedido, una “prueba legible” que puede situarte en tiempos y lugares diferentes, que quizá, de otra manera seria mas difícil de recordar.
No hay mejor o peor motivo o causa, para tatuarse, para mí, la función que cumplo es entenderlas e interpretarlas, no juzgarlas, así, de esa manera, puedo llegar a lo que la gente busca. Mi deber y derecho como tatuador, creo yo, es quizá asesorarlos en cuanto a la estética, pero siempre respetando el objetivo, la idea original.
Eso es lo que siento.
Rubén Darío Debenedetti