Como es natural en un club de sueños la actividad principal que nos convoca es soñar.
Ahora bien, no imaginen ustedes que soñar es sólo arrojar el cuerpo y dejar que la imaginación divague sin rumbo. Eso es una parte importante, pero como en todo club, para que los sueños se desarrollen se necesita constancia, entrenamiento y trabajo en equipo.
Así pues, el espacio propicia herramientas, y dinámicas para ejercitar los músculos oníricos y ver crecer nuestros sueños a pasos agigantados.